Crítica: CUERDAS en el Teatro Lara de Madrid
Esta obra es una oportunidad para dejarse atrapar por las conversaciones de tres hermanos a los que escuchar significa volar más allá de un asiento. El viaje son ellos; Castañón es el pasaporte que hipnotiza al público con su fuerza escénica, González es la maleta en la que todo cabe gracias a su empeño por acomodarse a sus compañeros y, por último, Rascón es un avión listo para despegar dado que es su interpretación es quizás la que más y mejor evoluciona.
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